LA ISLA PERDIDA
Un día, en un puerto de Dinamarca un arqueólogo
descubrió una isla en un punto ciego entre Noruega e Irlanda, una isla que
nadie había descubierto antes. Ese
arqueólogo se llamaba James, nació en Inglaterra, tenía el pelo corto y era muy
valiente.
– Voy a descubrir esa
isla y ver las antigüedades y los tesoros que se esconden- dijo el arqueólogo
con entusiasmo, pero la noticia llegó a los oídos de un ladrón de tesoros,
Jack.
Jack era malvado, con rasgos orientales, nació en Corea y solo
le interesaba el dinero, los tesoros y la joyas para poder venderlos al mejor
postor.
-Ja, ja,
ja me quedaré con los tesoros que haya en esa isla- dijo el malvado Jack con
una risa espeluznante.
-Vamos chicos,
recoged todo el oro que podáis y regresar a la lancha-
Pero no
contaban con que el arqueólogo viniera a la isla tras ellos.
–Señor
¿regresamos a la lancha ya?- Preguntó uno de los compinches
-Sí
regresad todos a las lanchas, yo me quedare aquí con los tesoros-
Entonces
apareció el arqueólogo y atrapó a Jack. Después vino la policía danesa y detuvo
a todos los secuaces de Jack, y el oro lo llevaron al museo nacional de
Copenhague para que todos los daneses pudieran contemplarlo.
Hasta
luego o como dicen los daneses fo vel.
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